En una era dominada por la cultura digital -con una generación acostumbrada a interactuar con diversos dispositivos, consumir información y resolver problemas a través de ellos-, han surgido nuevas técnicas de estudio que buscan ir a la par de la evolución tecnológica. Esto, a través de medios digitales que permitan captar la atención de los alumnos y complementar las enseñanzas del docente con potentes herramientas interactivas, como por ejemplo, la realidad aumentada.

Como parte de la transformación digital, muchas escuelas han implementado la infraestructura necesaria para integrar apps educativas como complemento a su plan de estudios. En casa, los padres pueden contribuir al desarrollo de habilidades cognitivas al elegir adecuadamente las plataformas para contribuir al desarrollo intelectual de sus hijos y hacer del tiempo frente a la pantalla algo productivo. Sin embargo, ¿cómo elegir las más adecuadas?

Las siguientes son algunas preguntas que los educadores y padres deben realizar al momento de buscar apps educativas que en verdad involucren activamente al niño:

¿Permite a los padres involucrarse?

Una app educativa debe incluir actividades para trabajar en casa, en donde los padres puedan verificar estadísticas sobre el avance de los niños y administrar las cuentas de cada uno de sus hijos de manera personalizada. La aplicación debe tener opciones para que el niño trabaje de manera individual o en conjunto -padres e hijos- para estrechar lazos.

¿Quiénes están detrás del desarrollo?

Antes de optar por una app educativa, es necesario verificar que tras su desarrollo haya un equipo multidisciplinario conformado por profesionales de diversas áreas, como educadores, psicólogos, diseñadores, ingenieros, etc.

En la misma línea, una manera de comprobar la efectividad de una app educativa es investigar si otras escuelas ya la han implementado y los resultados obtenidos, o si otros padres han optado por determinada plataforma con resultados exitosos.

¿Se adapta a los requerimientos de cada niño?

De acuerdo con la Teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner, la inteligencia humana se conforma por un conjunto de éstas -diferentes y autónomas- que el individuo posee en distinta proporción, es decir, cada persona tiene un tipo de inteligencia distinta y con diferentes potenciales listos para ser estimulados. Por ello, las apps educativas deben adaptarse a las necesidades y niveles de competencia de cada alumno.

Jessica Taylor Piotrowski -directora del Centro de Investigación en Niños, Adolescentes y Medios de la Universidad de Amsterdam- afirmó que en un aula con 20 o 30 estudiantes, los maestros no pueden individualizar las instrucciones a cada uno de ellos, pero una aplicación que lleve el registro del avance de cada alumno sí puede hacerlo. Con una app se pueden asignar tareas particulares, llevar un registro de avances individuales y evaluar periódicamente a cada alumno.

¿Se complementa con medios físicos?

Es importante que la plataforma se integre apropiadamente a la dinámica en clases, y que el niño sea capaz de aplicar lo aprendido en el mundo real. Muchas apps educativas incluyen libros físicos y material de apoyo para complementar el aprendizaje y conectar ambos contextos.

¿Incorpora la gamificación?

Las técnicas tradicionales de estudio suelen olvidarse del aspecto lúdico. A pesar de que diversos estudios señalan la importancia y efectividad del aprendizaje a través del juego, a los docentes les resulta complicada la evaluación en estos contextos de aprendizaje.

Una buena app educativa integra la gamificación en el aprendizaje, pues es así es más fácil que el estudiante se involucre activamente. Por una parte, empodera al niño y lo motiva mediante premios virtuales conforme avance en las tareas; por otra, ofrece estadísticas y métricas de evaluación a los docentes.

¿Es una plataforma intuitiva?

La plataforma debe estar diseñada para que, con solo observar su interfaz, el niño comprenda qué es lo que tiene que hacer y cómo hacerlo. El alumno debe ser capaz de utilizar la aplicación incluso sin la intervención constante de un adulto. Con una app educativa el niño desarrolla desde temprana edad las habilidades digitales que le servirán en el futuro.

En la misma línea, es importante que no se requiera de infraestructura muy compleja para funcionar ni conexión a Internet de manera permanente. Así, ante la eventualidad de un fallo del servicio, el estudiante podrá seguir utilizando la plataforma.

¿Ofrece algo que solo una app puede hacer?

Existen cientos de aplicaciones que emulan actividades que se pueden realizar con material sencillo en el aula, como tarjetas o una pizarra convencional. Sin embargo, una buena aplicación debe agregar valor brindando una experiencia que sea imposible de recrear fuera de pantalla, por ejemplo, simular la exploración a las profundidades marinas o un viaje al espacio.

La transformación digital en la educación debe ir más allá de la adopción de nuevas tecnologías: debe responder a las necesidades de los alumnos, quienes pueden encontrar en las apps educativas las herramientas idóneas para estimular el aprendizaje e incrementar sus capacidades intelectuales.

En las escuelas, la digitalización apuesta por la formación y desarrollo de habilidades de forma personalizada, de manera creativa y práctica. En ese sentido, es necesario implementar un cambio profundo en la estructura de la institución y una nueva visión de los docentes para lograr la integración exitosa de aplicaciones educativas de calidad con el modelo educativo y malla curricular.