La tecnología se ha convertido en una herramienta esencial en el aula. Usar un computador o un tablet en clase pasó de ser un elemento para el tiempo libre a convertirse en un implemento valioso para complementar procesos de enseñanza tan complejos como la alfabetización.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) permiten a los estudiantes desarrollar habilidades como el trabajo en equipo, la capacidad de investigar y la concentración, además de facilitar la adopción de herramientas que les serán indispensables en el futuro. Entonces, ¿cómo pueden contribuir al desarrollo del lenguaje en los niños? Hablar, escuchar, leer y escribir son aspectos fundamentales en cualquier aula.

A continuación, se muestran algunos puntos para entender la influencia de las plataformas digitales en este aspecto tan importante del aprendizaje.

El poder de lo audiovisual

Una de las características de las herramientas tecnológicas aplicadas al ámbito educativo es que permiten el uso de material audiovisual e interactivo en el aula, facilitando la comprensión y el análisis de la información.

Las metodologías que involucran audio, imágenes o video son ideales para trabajar textos, ya que permiten a los alumnos escuchar mientras leen, pausar cuando necesitan más tiempo y repetir si no fue suficiente. Esto facilita la comprensión del material y es ideal para aquellos niños que tienen dificultades para aprender bajo el modelo tradicional.

El video es un formato con el que los niños tienen relación desde pequeños, por lo que incorporarlo dentro del aula para el desarrollo del lenguaje siempre será beneficioso, pues ya lo conocen y les resulta familiar.

Mayor independencia para los estudiantes

Aunque el rol del docente es fundamental para la correcta implementación de tecnologías educativas dentro del aula, estas herramientas potencian la independencia de los alumnos gracias a que permiten captar su atención.

Las plataformas digitales permiten a los niños “hacer algo” con el lenguaje, no solo aprender la teoría. Les facilitan la práctica por cuenta propia, lo que resulta en alumnos más independientes. El autoaprendizaje es una de las características principales de las TICs y, en el caso del lenguaje, sucede lo mismo: el clásico formato en el que el docente habla y el estudiante escucha queda atrás, para transformarse en algo más enriquecedor y participativo.

La tecnología abarca todo

Otro de los beneficios de usar tecnología en el aula es que se puede aplicar en todas las fases del uso del lenguaje: lectura, escritura y oralidad.

A través de plataformas como Kidint -que potencia el aprendizaje a través de eBooks atractivos y participativos-, los niños pueden embarcarse en un proceso de aprendizaje diametralmente distinto a los modelos tradicionales, pasando de ser un mero oyente a ser un integrante activo de su propia instrucción.

Audios, videos, cuestionarios y demás formatos interactivos son un aporte invaluable al desarrollo de la lectura. Son herramientas atractivas porque demandan la atención de los niños y los obligan a conectarse con las actividades de formas más lúdicas y entretenidas que las que habitualmente se dan en la sala de clases.

El trabajo en equipo como gran beneficio

El uso de herramientas tecnológicas fomenta el trabajo en equipo, lo que brinda a los niños confianza en el aprendizaje del lenguaje al verse acompañados por sus pares en el proceso.

Existen plataformas online -además de metodologías específicas que puede implementar el docente- en las que los alumnos deben trabajar en grupo para resolver ciertos problemas, lo que los obliga a colaborar y apoyarse entre ellos para fomentar el aprendizaje. Así, se estimula la comunicación en el entorno escolar, ya que deberán expresarse para contribuir con la tarea en cuestión.

La tecnología en el ambiente educacional permite a los estudiantes fortalecer sus capacidades de interacción con sus pares, facilitando la obtención de logros que requieren participación grupal.

Además, la tecnología proporciona diversos estímulos en los niños ayudándolos a aprender en contacto con sus emociones. De acuerdo con diversos estudios de neurociencias, las emociones son fundamentales para lograr un aprendizaje efectivo ya que fortalecen los procesos de atención, percepción y memoria.

El futuro de las evaluaciones

El uso de la tecnología para el desarrollo del lenguaje permite la generación de nuevos espacios de evaluación. Una de las alternativas es aquella donde se involucra a los pares al momento de analizar el trabajo de cada estudiante, como es el caso de mecanismos tecnológicos que permiten evaluar en los niños su desempeño y los aprendizajes adquiridos en tiempo real por medio de informes actualizados.

Siempre es fundamental hacerlo con respeto, enfocarse en las fortalezas y debilidades de ambas partes, es decir, de quien expuso su trabajo y de quien debe analizarlo. Junto con lo anterior, se deben generar incentivos que despiertan la emoción en los infantes y, por tanto, un aprendizaje significativo.

La tecnología es una herramienta con infinito potencial para ayudar tanto a docentes como a alumnos a fortalecer el desarrollo del lenguaje. Es un hecho que las aplicaciones educativas están cambiando los procesos de aprendizaje, algo en lo que el rol del docente resulta fundamental. Cada estudiante aprende de forma distinta, por lo que usar plataformas digitales es una buena oportunidad para personalizar la enseñanza, siempre guiada por el maestro.