El nuevo Sistema Nacional de Evaluación de Aprendizajes, más que incorporar nuevas herramientas evaluativas propone un cambio de paradigma. En este nuevo escenario, se le ha dado valor a los procesos de adquisición del conocimiento por sobre los resultados que se puedan obtener en pruebas estandarizadas.

Uno de los componentes de este nuevo método es la evaluación progresiva. Saber de qué se trata y cómo la tecnología es clave para su ejecución resulta fundamental para aplicarla en los establecimientos educacionales.

¿En qué consiste la evaluación progresiva?

Es una estrategia de evaluación en el que participan las escuelas voluntariamente, recopilando información respecto a los estudiantes durante todo el año escolar.

Se divide en tres etapas diferenciadas:

Diagnóstico: saber en qué estado están los alumnos para recibir los contenidos que se pretenden impartir.
Monitoreo: determinar cómo se asimilan los contenidos para saber si se cumplen los objetivos.
Trayectoria: evaluar y determinar el progreso del estudiante al finalizar el año para así descubrir falencias y potenciar las áreas.
Al ser un sistema basado en el seguimiento, permite detectar de forma oportuna los desafíos en la educación que van surgiendo durante el año escolar. La finalidad es ir adaptando las prácticas pedagógicas para que los alumnos fortalezcan su formación de acuerdo con sus necesidades puntuales.

El rol de la tecnología en la evaluación progresiva

Si bien en educación las metas son compartidas, las formas y los métodos que cada profesor, curso y alumno tiene para llegar a ellas son únicos y dinámicos, pues dependen de muchos factores que a su vez se modifican a lo largo del tiempo.

En este sentido, contar con mecanismos tecnológicos de evaluación que vayan entregando informes actualizados del progreso de los estudiantes, como por ejemplo las plataformas virtuales, es fundamental a la hora de definir e implementar acciones pedagógicas concretas y oportunas.

Sin un monitoreo en tiempo real de los efectos de los procesos de enseñanza y de la formación adquirida, es muy difícil determinar el nivel de efectividad de la estrategia aplicada y el avance en la adquisición de habilidades específicas que los niños deben ir incorporando en cada área.

Es así como evaluando los antecedentes de los reportes provistos por la tecnología y analizándolos en perspectiva, se logran estimar orientaciones pedagógicas con el fin de tomar decisiones que mejoren los aprendizajes y que sean adecuadas para satisfacer las necesidades de los estudiantes.

Aptitudes que busca potenciar la evaluación progresiva

En la actualidad, se reconoce que los méritos académicos no son la única forma de identificar la inteligencia de un estudiante. Lo que importa son las herramientas adquiridas a través de la enseñanza, en el entendido de que éstas posibilitan la adquisición de nuevos conocimientos y destrezas en el futuro.

En el caso de la lectura, la evaluación progresiva pretende potenciar e identificar las siguientes capacidades:

La comprensión del sentido general de un texto.
El reconocimiento de las causas de los hechos narrados.
El identificar la causa de un acontecimiento sin que se exponga de manera explícita.
La comprensión del significado de las palabras de acuerdo con su contexto.
La habilidad de reconstruir una secuencia de acciones.
La capacidad de relacionar imágenes con la información recibida en un formato escrito.
La habilidad para generar una opinión acerca del texto.
Por esto, las herramientas tecnológicas -sin reemplazar a los métodos tradicionales- adquieren un rol fundamental en el nuevo sistema de evaluación. No solo por la familiaridad que los niños tienen con la tecnología, sino por las numerosas posibilidades que tiene su aplicación en la enseñanza.

La tecnología entrega un enfoque multidimensional y la posibilidad del estudiante de interactuar con múltiples soportes – textos tradicionales, libros digitales, realidad aumentada – entre otros. Así se incentiva a los estudiantes a seguir progresando y los ayuda a desarrollar competencias para desempeñarse en múltiples contextos.

Reconocer la predilección que tienen los niños por estos soportes y utilizarlos como un instrumento de educación y de autonomía, no solo es de gran ayuda para adquirir las habilidades necesarias, según los parámetros descritos por el MINEDUC, sino que para formar lectores críticos y reflexivos que disfruten de aprender.

Kidint, un eficaz medio pedagógico de evaluación progresiva

Kidint es una plataforma diseñada para fomentar la lectura desde la educación parvularia hasta cuarto básico, siendo de gran utilidad para los alumnos a quienes se les aplica la evaluación progresiva de lenguaje para potenciar las habilidades que ésta pretende desarrollar.

Se puede usar tanto en el aula como en la casa junto a los padres, en tablets y smartphones con sistema Android e iOS. Cuenta con funciones diferenciadas para ambos contextos, se encuentra alineada con los objetivos del MINEDUC y en ambos casos permite ir midiendo el progreso de los alumnos en las diferentes actividades.

Si bien, tiene diversas aplicaciones en el área del aprendizaje, promueve la adquisición de destrezas como la comprensión lectora. Por medio de fichas pedagógicas refuerza lo aprendido, permite la formulación de preguntas respecto a la comprensión y síntesis de un texto, y facilita la experiencia práctica por medio de actividades dinámicas -como representaciones teatrales- que ayudan a una mejor asimilación de los contenidos.

Es una verdadera solución tecnológica porque no reemplaza los libros físicos, más bien los integra creando un vínculo entre lo análogo y lo digital, mediante tecnologías como la realidad aumentada y componentes multimedia como audios y animaciones.