Hace tiempo que las salas de clase dejaron de ser solo un espacio para la trasmisión de información del docente hacia los alumnos. Hoy, también son lugares en donde el profesor del siglo XXI debe aprender a desenvolverse con habilidad para descubrir nuevas formas de enseñanza y contribuir al desarrollo y la aplicación de un aprendizaje significativo.

A continuación, presentamos algunas razones por las que los establecimientos educacionales deben integrar la innovación pedagógica.

1. Permite enfocarse en lo que realmente importa

Uno de los objetivos principales en una estrategia de aprendizaje es que el estudiante descubra su ritmo y estilo, potencie el tipo de inteligencia en el que se destaca más, reciba una formación que le permita crecer como persona y como ciudadano. En otras palabras, que aprenda más y mejor.

Sin embargo, también hay que armar horarios, realizar complejos cálculos de calificaciones en poco tiempo, preparar reportes para las familias, entre otros quehaceres. Ante esto, la tecnología puede ser un aliado para reducir significativamente el tiempo que tardan estos procesos y así permitir que el foco se encuentre en la innovación pedagógica.

Por ejemplo, existen programas dedicados a armar los horarios de los centros educativos como Untis y ascTimetables. Asimismo, las hojas de cálculo de Excel permiten obtener promedios de calificaciones con gran precisión y rapidez. De esta manera, mediante la aplicación de este programa, se pueden realizar múltiples funciones como calcular un promedio simple y un promedio ponderado.

2. Permite el acercamiento a nuevas prácticas lectoras

Con la masificación del acceso a Internet, la lectura a través del ordenador o el teléfono se ha ido potenciando. De acuerdo con la investigación La lectura en formatos digitales en el Chile actual: nuevas prácticas y viejas desigualdades, hasta el 2014 el ciudadano promedio leía en un año el 27% de libros y el 38% de periódicos en formato digital.

Este mismo estudio, respaldado por la Universidad Diego Portales, señala que “las nuevas prácticas lectoras en formatos digitales ciertamente responden a un cambio de época donde emergen nuevas formas de leer gracias a las nuevas tecnologías. Una ilustración de esto lo constituyen aquellos textos que hacen un uso extensivo de características como el hipertexto, requiriendo nuevas estrategias de lectura”

Tampoco se puede desaprovechar las posibilidades de la lectura en dispositivos móviles. De acuerdo con una reciente investigación de la Unesco, los móviles han democratizado las prácticas lectoras en los países en vías de desarrollo. Además, el conectarse a Internet posibilita el acceso a miles de títulos por los que se tendrían que gastar una fortuna si estuvieran impresos en papel. Según la Unesco, uno de los usos principales es el de la lectura de textos para niños.

No hay que olvidar que el concepto de lectura se hace más diverso en el contexto digital. La lectura de imágenes y la utilización de recursos audiovisuales atraen a grandes y pequeños. Aplicaciones como Kidint, apuestan por fomentar la lectura entre padres e hijos y también favorecen la innovación pedagógica en las escuelas.

3. Desarrolla competencias para el futuro

Una competencia imprescindible en la actualidad es la digital. Podemos definir a la competencia digital como “el uso seguro y crítico de la gama completa de las tecnologías digitales para la información, comunicación y resolución de problemas básicos en todos los aspectos de la vida”.

Para su mejor desarrollo, esta gran competencia se ha definido como primordial, entre las que se encuentran las siguientes: búsqueda adecuada de información, interacción a través de medios digitales, desarrollo de contenido digital y la resolución de problemas técnicos.

Los maestros pueden crear métodos sencillos para los más pequeños que los acerquen a estos procesos. Así, los estudiantes pueden ser parte de un proceso formativo innovador que les desarrolle las competencias necesarias para un mundo en constantes transformaciones.

4. Enriquece las experiencias de aprendizaje

Las herramientas digitales potencian nuestra capacidad de innovación, pues facilitan prácticas enriquecedoras como el trabajo colaborativo y la revisión por etapas. Por ejemplo Google Drive permite que los estudiantes desarrollen grupalmente un documento y que el profesor retroalimente con sus comentarios el trabajo. Incluso, se puede guardar varias versiones y visualizar las correcciones, de modo que se genera un registro del proceso de edición del texto o proyecto.

5. Integra el mundo infantil y adolescente al trabajo de aula

Casi todos los niños y jóvenes (y no pocos adultos) aman los videojuegos. El problema es que las escuelas han competido contra ellos, cuando sabemos que esa batalla ya está perdida. Sin embargo, los educadores pueden aplicar sus elementos al proceso de aprendizaje. A esto se le llama gamificación y no es otra cosa que emplear la dinámica básica del juego (competición, recompensa, colaboración, entre otras) al trabajo en el aula.

Otra posibilidad más arriesgada, pero muy motivadora para los estudiantes es la de utilizar algunos de los videojuegos más populares con fines educativos. Por ejemplo, Roblox puede utilizarse de mil formas para desarrollar la creatividad y para comprender nociones básicas de programación.

La innovación pedagógica debe ser un concepto integrado a las experiencias de aprendizaje en las salas de clases. Su ejecución debe estar aplicada con creatividad y con el objetivo de entregar a los estudiantes de la mejor manera los contenidos potenciando su asimilación. La tecnología, de esta manera, es una aliada práctica para desarrollar en los alumnos las competencias requeridas.