Cada vez es más frecuente la implementación de herramientas tecnológicas en el aula y en los procesos educativos. En Estados Unidos, por ejemplo, las escuelas públicas gastan más de $ 3 mil millones por año en contenido educativo digital.

Gran parte de este fenómeno se explica en que cuando un docente emplea tecnología en su clase está potenciando el aprendizaje de sus alumnos, los cuales han nacido en un contexto digital. Pero, también es necesario tener presente que al utilizar un software educativo para la aplicación de estrategias de enseñanza se obtienen importantes beneficios, entre los cuales cabe señalar los siguientes:

1. Permite personalizar la enseñanza y el aprendizaje

Los software educativos facilitan a los profesores la individualización del aprendizaje acorde con las necesidades, intereses o niveles de competencia de cada estudiante.

Este tipo de herramientas permiten asignar tareas, realizar evaluaciones periódicamente y llevar un registro eficiente de los resultados y el progreso de los alumnos, logrando así que la toma de decisiones pedagógicas sea mucho más acertada.

Dos ejemplos de esta funcionalidad son:

El dashboard de métricas de Kidint, que presenta toda la data relacionado con lo que se ha trabajado en el aula y el rendimiento de los estudiantes al respecto.
Aleks, una aplicación de McGraw-Hill para la enseñanza de matemáticas que emplea inteligencia artificial para determinar de forma rápida y precisa los conocimientos de un estudiante y el plan de estudios que debe seguir.

2. Fomenta la alfabetización digital

La implementación de tecnologías educativas -tanto en el aula como fuera de ella- y su integración a planes de enseñanza bien definidas impulsa la alfabetización digital de los estudiantes, componente que debería ser imprescindible en los currículos modernos por ser determinante en el desarrollo de la sociedad.

De acuerdo con Manos Antoninis, director del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, y Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadística de la UNESCO, la alfabetización digital es “la capacidad de acceder a, gestionar, entender, integrar, comunicar, evaluar y crear información de forma segura y adecuada a través de dispositivos digitales y tecnologías en red para participar en la vida económica y social. Incluye competencias que se conocen como la alfabetización informática, la alfabetización en las TIC, la alfabetización informacional y la alfabetización mediática”.

Según los expertos mencionados, la alfabetización digital es abordada por los indicadores de seguimiento de la meta 4.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enfocada en las “competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento”.

Lo anterior, es una apreciación certera, puesto que actualmente vivimos una era digital en la que la tecnología incide en todas las esferas de la sociedad.

3. Automatiza procesos e incrementa la eficiencia

Los software educativos pueden ahorrarles a los profesores mucho tiempo en su quehacer diario. Por ejemplo, los generadores de pruebas pueden crear evaluaciones en segundos, las herramientas de administración de aprendizaje online facilitan las labores de retroalimentación y la automatización del registro de notas disminuye los papeleos.

En todo caso, los software educativos siempre permiten al docente simplificar su proceso de enseñanza para que se dedique a aquello en lo que realmente se basa su profesión: enseñar.

4. Promueve la colaboración

Las herramientas educativas digitales para el aula, por lo general, están pensadas para facilitar la interacción y colaboración entre estudiantado, profesores y padres.

Esto resulta de especial relevancia en la formación de las personas, especialmente si se tiene en cuenta que la globalización, las dinámicas del mercado y el mismo desarrollo tecnológico han hecho del trabajo colaborativo una tendencia.

5. Aumentan el compromiso estudiantil

Para nadie es un secreto que a la mayoría de los niños y a los jóvenes les encanta la tecnología, así como aprender haciendo. Al incorporar herramientas de este tipo al proceso educativo es posible entusiasmarlos y redirigir su deseo de aprendizaje hacia las áreas de conocimiento que aborda la malla curricular del colegio.

Cabe señalar que la tecnología puede hacer el aprendizaje más divertido. Es el caso de Kidint, que mediante una plataforma de realidad aumentada y libros multimodales, fomenta la pasión por la lectura y la comprensión lectora, habilidades que siempre derivan en la capacidad de aprender a aprender.

La integración de la tecnología a las estrategias de enseñanza no es una opción, es una necesidad. Hasta las compañías más tradicionales en el ámbito educativo se han percatado de ello.

David Levin, CEO de McGraw-Hill Education, dice que el “libro de texto del siglo 21 no puede ser solo una fuente de referencia multimedia. Tiene que tomar un papel más activo en el proceso educativo. Tiene que ser interactivo, completo e incluso inteligente. Tiene que facilitar la vida de los alumnos y profesores al automatizar cosas que de otra manera se harían ellos mismos. Cuanto más inteligente sea, más aspectos de la experiencia educativa podrá automatizar, y más incentivos tendrán las escuelas y los docentes para adoptarla”.

Adicionalmente, un 65% de los profesores a nivel global apoyan los modelos de educación menos tradicionales y digitales, dándole especial relevancia a la implementación de recursos educativos abiertos (REA).

Todo lo anterior, exige la decisión de aprovechar la disrupción tecnológica e insertar los establecimientos educativos en las dinámicas de la educación moderna.